H. Dubric es un empresario venezolano, pragmático, observador, analista y muy detallista en lo concerniente a los negocios y variables de los diferentes mercados, ha impactado con sus 9 libros escritos para la formación del Nuevo Ejecutivo
Sus aseveraciones son certeras y contundentes, al proyectarse a través del tiempo (1974), y demostrar los diferentes escenarios con los que teníamos que lidiar y estamos encarando en la actualidad como ejecutivos y profesionales de empresa en materia económica y financiera. Ya hemos podido comprobar que sus apreciaciones se han ido cumpliendo tal como lo había escrito desde 1.990.
Algunos datos biográficos del creador del Quinto Sistema Gerencial.
Para nosotros como colaboradores y amantes de la literatura de H. Dubric, es un tanto halagador encontrarnos, con un personaje sencillo, de conversación fácil, didáctica, liviana, jocosa y muy lejos de buscar vanagloria.
No está interesado en fotografías, ni en placas, honores o cualquier reconocimiento por la labor desinteresada que está realizando con sus libros y los múltiples seminarios dictados para la formación del NUEVO EJECUTIVO.
Aclara, que a las personas no hay que evaluarlas por su currículo, pues siempre ha definido a este, como una máscara que oculta el don de gente. Por eso es que no coloca nada de él en sus libros.
Como venezolano de nacimiento, expresa su profundo sentir por esta tierra generosa, llena de matices y colores que lo vio nacer, la cual le ha permitido desarrollarse como persona y profesionalmente. Aportando su grano de arena en el comportamiento conductual del ejecutivo y empresario de hoy.
Por esa razón, quienes estamos interesados que su obra se conozca, buscamos similitudes de encuentro, para que el lector logre ir despejando sus dudas acerca de este extraordinario escritor de temas gerenciales.
H. Dubric, es hijo de una mujer de campo, venezolana y de un obrero emigrante. Nació en tierras andinas, el mismo día, mes y año, en que el astrofísico Alan Hulse Russell, llegaba también al mundo.
Desde su infancia fue muy inquieto por los asuntos de la vida, y del porqué de la creación. Compartió con hermanos y hermanas, la escasez de recursos económicos por aquellos tiempos. Esto jamás lo amilanó, más bien lo mantuvo con entusiasmo, y esos días los recuerda con alegría, ya que le sirvieron para ir armando el crucigrama de su existencia.